Jesús Aniorte

Al hilo de la vida y de mis reflexiones

"Sacar adelante" a los hijos

Invitado por el Director de un colegio, asistía a una reunión de padres. Faltaron bastantes de los que estaban citados. Alguien los excusó :
- Tendrían algo qué hacer.
He respondido:
- Es que preocuparse de las cosas de sus hijos ¿no es algo que tienen que hacer los padres?
- Sí, pero tal como están las cosas, bastante hacemos con sacarlos adelante -se defiende-.
- ¿Y qué es "sacar adelante" a unos hijos? ¿Sólo darles de comer, vestirlos y que no les falte de nada? –pregunto-.
- Por eso los traemos al colegio. Los profesores están para algo, digo yo, - afirma una madre.
- Sí, –respondo- están para algo; pero no, para todo. Están para colaborar con los padres. Y colaborar vienen del verbo latino colaborare que significa trabajar-con... Están para trabajar-con los padres, para colaborar con ellos, pero no para reemplazarlos. Y menos, para que los padres tengan a quiénes echar las culpas de que los hijos sean como son. Que eso es lo que parece que piensan muchos padres, según he constatado: ellos no tienen culpa de nada en lo que respecta al comportamiento, a veces desastroso, de sus hijos. La culpa es de los demás: los amigos, el colegio, los profesores... Estos –piensan- son los que tienen la culpa del fracaso en los estudios de los hijos, de las actitudes rebeldes que adoptan, del vocabulario soez que usan, de la falta de responsabilidad de que hacen gala, etc. Pues no. Todos éstos tienen responsabilidad, claro. Pero la mayor responsabilidad es de los padres. Porque su primera obligación es "sacar adelante" a los hijos, como decís. Pero no sólo proporcionándoles cosas materiales, sino también acompañándoles en ese largo proceso que es llegar a ser personas maduras, libres, psicológicamente equilibradas; que saben valorarse y respetarse a sí mismos y saben valorar y respetar a los demás; que han aprendido a vivir los valores nobles de la solidaridad, del respeto, de la tolerancia, de la justicia, de la fe. Y en esto los profesores pueden hacer mucho, pero sin los padres muy poco. Y menos, si la actuación de los padres y el ambiente familiar caminan en dirección contraria a la de los profesores y el colegio. ¿De qué sirve la acción de los profesores, si, por ejemplo, en el ambiente familiar el niño sólo observa tensiones y densos silencios, y que nunca se dialoga; si nunca se le da oportunidad de expresar sus ilusiones, sus preocupaciones, sus problemas, etc., porque los padres nunca tienen tiempo para escucharlos, porque tienen mucho qué hacer? En definitiva, ¿de qué sirve que se preocupen los profesores, si los padres no se preocupan?

Pilar García Serrano, una pedagoga, cuenta esta anécdota: "En un curso de dirección de empresa en el que participé, uno de los asistentes comentaba que con sus hijos estaba teniendo más problemas que con todas sus empresas juntas. El hombre estaba sorprendido de ver cómo su familia se desmoronaba sin saber por qué. El profesor que estaba presente, le preguntó si alguna vez se le había ocurrido pensar que su familia era también una empresa, quizás la más importante; si no había pensado atacar la problemática familiar con las mismas energías y esfuerzos que ponía en solucionar los problemas de cualquiera de sus negocios."

Eso. Poner, al menos, las mismas energías, tiempo e ilusiones que se ponen en otros asuntos. Porque ¿hay asunto más importante que éste de la educación de los hijos? Escribe el psiquiatra Rudolf Dreikurs: "La paternidad es una gran responsabilidad para ustedes; pero ustedes en cuanto padres, son para nosotros la gran preocupación. Digo esto en mi calidad de psiquiatra. Mi gran problema son los padres que me ruegan que cure a su hijo. Cuando trato de asesorarlos, me siento invadido por sentimientos contradictorios de compasión e irritación; compasión, porque les veo sufrir; irritación porque veo cómo actúan con sus hijos... Sin embargo, ustedes –me refiero siempre a padres y madres a la vez- no son un problema únicamente para el psiquiatra. Los papás son el gran problema para la humanidad toda. Más que todo otro grupo de ciudadanos, están ustedes en el puesto clave en que se decide el futuro y progreso de una nación. Son ustedes el puente tendido entre el pasado y el futuro."

Gran responsabilidad, la de los padres. Y de esa responsabilidad… ¡a ningún padre les es lícito dimitir!


Artículos:
  • LO QUE PRETENDO CON ESTA SECCIÓN
  • De los ricos y sus riquezas
  • Hoy, ¡Feliz día!... Y mañana ¿qué?
  • Con ocasión del Domund
  • Valorar, gozar y agradecer lo que tenemos
  • Para educar a los hijos ¿la buena voluntad basta?
  • Dar, ese verbo que nos cuesta tanto 'conjugar'
  • Y sin embargo, aceptarse y seguir en la brecha
  • La bondad hará progresar el mundo
  • Rincón
  • A amar se aprende, hay que enseñarlo
  • Eso de la educación (II)
  • Eso de la educación (I)
  • Un camino para una vida en paz y feliz
  • Toda la culpa es de esta cabeza
  • Servir, cosa de fuertes
  • La parábola de las rosas
  • Vivir cara al futuro
  • La Resurrección, una llamada al compromiso
  • Otra vez la autoridad
  • "Sacar adelante" a los hijos
  • Catalina, la del corazón que supo amar
  • Todos los días pueden ser Navidad
  • Talento sin voluntad ¿a dónde llegará?
  • Amenazados... de Vida
  • Y de la autoridad ¿qué?
  • El divorcio y los hijos
  • Los hijos necesitan tiempo (2)
  • Los hijos necesitan tiempo
  • A la curación por la entrega
  • Ahora hablaré de mí
  • Los padres y el sentido a la vida
  • ¿Hombres de carácter o juguetes de los caprichos?
  • Amar a los hijos no es transigir en todo y no negarles nada
  • Refranes. Bien está lo que bien acaba
  • Refranes. LA MUJER EN LOS REFRANES
  • Refranes. Ya estamos en Invierno
  • Refranes. La Primavera, la sangre altera
  • Refranes. Año de higos, año de amigos
  • Refranes. Otoño entrante, barriga tirante

  • Paso la palabra. Para meditar cada día
    Para contactar con Jesús Aniorte mandar un email a aniorte@totana.com
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