Amigo lector:

            Hace unos meses (verano 2003) un amigo TOTANERO me hablaba de un deporte del que yo lo único que conocía era su nombre, el golf, amén de todos los tópicos: que es un deporte caro, que es para viejos, que es aburrido y que es una actividad simplona y sin fuste, o ésa era la imagen que yo tenía del golf. Tengo que decir que no era la primera vez que me hablaban de él, pero sí la primera vez que le prestaba una especial atención, quizás debido a este amigo mío. Así que, un día me decidí a probar y me fuí a un campo cercano, lo hice con mi mujer, posiblemente para que ella también certificara lo absurda que iba a ser esa experiencia (y yo quedarme tranquilo). Nos pusimos en contacto con un “maestro” (en otros deportes monitor) del campo y le dijimos lo que queríamos, que no era ni más ni menos que probar, que nos diera una clase, pagarla y... ¡hasta luego Lucas!, pero no fue así, dimos la clase, creo que no le dimos a una bola bien, aunque no se trata de eso el primer día, y nos inscribimos en un curso de 20 horas, con el que se supone que una persona normal estará capacitada para saber las reglas de juego, sacarse la licencia (sin ella no se puede jugar) y salir a jugar a un campo o, por lo menos, eso es lo que espero. Llevamos unas 16 horas de curso y algunas más de práctica sin maestro y ahora te puedo asegurar, amigo lector, que no hay un sólo día que no piense en este deporte y estoy deseando que llegue el momento para dar una clase o practicar un poco, porque ahora que de vez en cuando le doy a alguna medio regular, es indescriptible la sensación, y aunque con un poco de reparo, estamos (mi mujer y yo) deseando salir a un campo. Así que con estas letras lo que quiero (y éste es el deseo de mi amigo) animarte a que lo practiques y compruebes por tí mismo o por tí misma lo que he descrito. Y por supuesto AGRADECER a este amigo que un día me diera la “paliza” (según él) y me iniciara en este mundo del golf que por momentos valoro más.

            Sería injusto que después de estas letras no hiciera público el nombre de estos totaneros, así como algunos de sus logros conseguidos en los DIEZ años (tan sólo) que llevan practicándolo.

Una foto de la pareja Martín y Manne junto a algunos de sus trofeos.

El matrimonio, formando equipo, ganó el Torneo “AESGOLF”, por parejas mixtas, celebrado en el Club de Golf del Real Automóvil Club de España (RACE), en el año 2000.

P.D.:    Amigo Martín:

            Quiero hacer públicos los datos que me confiaste, además de agradecerte que me hubieras transmitido ese “enganche” a este deporte que, de momento, tanto me gusta y también me “cabrea” (cada día que pasa lo veo más difícil, pero ahí está el reto). Me imagino que eso siempre sucede con esas cosas que uno cree importantes o que de pronto ha descubierto. Todo esto también lo comparte Marisol (mi mujer), ya que ella se siente tan enganchada como yo.

            Ahora entiendo aquello que nos decías a Rafael, a Juan Mª y a mí cuando te ponías a hablar de golf: “...si me paso me cortáis”. A mí me pasa lo mismo, empiezo a hablar con amigos de lo que siento cuando le doy bien (casi nunca) a la bola y me olvido de lo demás.

            No sé cuánto me va a durar esta fiebre, ahora tanto Marisol como yo estamos haciendo un curso de iniciación (como he descrito anteriormente) en Camposol y te puedo decir que no veo la manera de irme del campo de prácticas y me lo dejo todo para ir allí a clase o a practicar por mi (nuestra) cuenta. El otro día, sin ir más lejos, me cayó un aguacero tremendo, pero no me podía ir de allí sin pegarle a las bolas que me quedaban.

            Habrás comprobado que he tardado un poco (o bastante, Otoño de 2003) en darte noticias al respecto, espero que entiendas que no habría (y era lo que yo quería) podido escribir y mucho menos transmitir algo de lo que yo “no tenía ni idea”, así que he esperado para experimentar por mí mismo esas sensaciones que tú muy bien manifiestas y hacérselas llegar a más gente, como es tu deseo. No quería limitarme a hacer públicos vuestros historiales golfísticos, sino a unirme a tí en esa llamada pública a quién quiera practicar este deporte.

            Por último, quiero decirte que en Totana hay más gente que juega al golf y que yo me he enterado ahora, si quieres ya te iré poniendo en contacto con ellos.

            Muchas gracias, amigos Martín y Manne.

Pablo M. Romero