CONCIERTO DE PIANO. JUAN MIGUEL MURANI. 25/12/2005
El pasado domingo 25 de diciembre tuvo lugar un Concierto de Navidad de piano, ofrecido por el pianista totanero Juan Miguel Murani en la Parroquia de las Tres Avemarías, un concierto enmarcado en el programa de actos culturales de las fiestas de Navidad y Reyes Totana 2005-2006, y que tuvo un grán exito. Juan Miguel Murani nace en Totana (Murcia). Entra en el Conservatorio de Murcia donde consigue un título superior y después una beca del gobierno español para estudiar en Rusia. Fue admitido en el Conservatorio Tchaïkovsky, y después de un año en el Instituto Gnessin de Moscú, donde trabaja durante siete años. Asimismo, en 1993, es el único artista europeo que gana el «premio rojo», suprema consagración de esta institución (la mejor nota en cada una de las disciplinas del instituto). El premio no se había concedido a nadie desde el año 1989. Sus profesores en Moscú fueron: Nkita Yujanin, Valentina Zvereva (discípula de Gutman), Margarita Fedorova (discípula de Neuhaus) para el piano y Georgi Fedorienko para la música de cámara. Su repertorio tiene más de doscientas cincuenta obras. Combinando la fuerza natural con una dulzura asombrosa, así como un fraseo sutil tanto en las sonatas de alto vuelo como en los nocturnos, los estudios, los poemas musicales o los conciertos. En recital toca en numerosas ciudades españolas, habiendo dado recitales en Londres, París, Edimburgo, Moscú, etc. Como solista de orquesta, ha tocado con la Filarmónica de Wroclav, dirigida por Marek Pijarowski, con la Sinfónica de Castilla y León bajo la dirección de Max Bragado, con la Sinfónica de Murcia bajo la dirección de Miguel Rodilla, con los virtuosos de Moscú. En octubre de 2003 toca en París ante el bisnieto de Albéniz, en homenaje al compositor catalán. También le invita la Orquesta Sinfónica de Pau para hacer el Concierto de Schumann en octubre 2003 bajo la dirección de Pascual Osa para hacer el Concierto para piano y orquesta de Beethoven. En diciembre 2003 toca en Alemania en la Chopin Gesellschaft de Darmstadt. En 2004 tocará en Bratislava y Viena. Murani estudió composición en Rusia con Gennadi Chernov. Compone numerosas obras, un ciclo de 6 canciones sobre el poema de San Juan de la Cruz, «en la oscura noche del alma», una sinfonía, un Stabat Mater (estrenado por el Festival de Música Sacra de Segovia en 1999), una misa, una «Obertura en do» para el conjunto de metales inglés «the Wallace Collection» (estrenado en Alicante en 1997), una cantata y pasión estrenada en abril 2003 en Murcia. El último encargo que se le ha hecho es un oratorio en honor al 700º aniversario de Santa Eulalia en las ciudades de Badajoz y Murcia. Ha grabado un disco en la casa discográfica Zig-zag Territoriores (París) en un homenaje a Ricardo Viñes, que ha sido acogido unánimemente con elogios por parte de la crítica.
La forma sonata, nace como necesidad de superación de los moldes antiguos, pero también como necesidad de expresar un pensamiento dramático, de acuerdo con los cambios literarios, que apuntan a un incipiente romanticismo y a una necesidad interior de libertad de sentimiento, y que tras la Revolución norteamericana del 4 de Julio de 1.776 abona el camino hacia el París de la revolución del 14 de Julio de 1.789. No es casual que la forma sonata naciera en este período embrionario de las revoluciones, por un lado los ilustrados norteamericanos, como John Adams o Thomas Jefferson leían mucha literatura francesa, y por el otro, los franceses que tuvieron un papel protagonista en la revolución francesa, como Lafayette, Mirabeau, Brissot o Mournier, llevaban mucho tiempo escribiendo acerca de las nuevas ideas que aportó la Declaración de Independencia Norteamericana del 4 de julio del 76, cuyos puntos principales eran la igualdad entre todos los hombres y un nuevo gobierno, cuyo poder proviene del pueblo. No es casual, tampoco que en este período tan extraordinario, surgiera el movimiento literario atormentado del "Sturm und drang", capitaneado por escritores de la trascendencia de Goethe o Schiller, que a su vez influyen en los compositores que habrán de revolucionar la música de esta época, en este caso la sonatística, como C.Ph.Emanuel Bach y, especialmente F.J. Haydn, que dotan al género de un definitivo carácter dramático, como es el caso de la magnífica sonata n° 53 de Haydn, de la que siempre se ha alabado la inquietante expresividad de las pausas. Tras esta cumbre, Mozart añade también obras de importancia, pero sobre todo le corresponde a Clementi y a Beethoven el siguiente momento importante en la historia del género. Al aumento del aparato virtuosístico se suma un carácter de profunda introspección en la línea de las increíbles audacias del último Haydn, pero aportando cada uno su propia personalidad y una libertad formal inaudita, de la que la sonata Op.10l de Beethoven es un gran ejemplo. Tras esta gloriosa etapa, sucede la explosión post-revolucionaria, la sonata queda como agotada en sí misma, ha sobrevivido al estilo galante, al Strum und Drang y a las revoluciones, de forma que los compositores posteriores les cuesta hacer algo novedoso, abrumados por la envergadura de esta cumbre, por lo que algunos de ellos optan por detonar la forma o crear otras nuevas. A ello contribuye el lenguaje revolucionario y provocador de Berlioz, que con sus audacias, y la atención que presta a la literatura de vanguardia, hace de esta un elemento inspirador de su música sinfónica, y la dota de un contenido programático. A esta novedad responde el espíritu inquieto y profético de Franz Liszt, aportando su extraordinaria personalidad a la música pianística, siendo, sin duda alguna, el gran innovador del instrumento. Consciente de las limitaciones que ya denota la sonata, apuesta por formas nuevas, de discurso libre y de gran audacia armónica, en íntima unión con el contenido del texto que las inspira, o bien, de las motivaciones internas que las originan. Se define así Liszt, como un visionario que rompe todos los moldes, y que se convierte en un fenómeno aislado, frente al que se oponen otros compositores importantes pero más arraigados a la tradición y a las formas clásicas. Dos ejemplos paradigmáticos de su producción son el "Valle de Obermann" y el "Vals Mefisto", la primera obra está inspirada en la lectura de dos cartas de este autor, que contienen la quintaesencia del alma romántica: El conflicto interior y el desencanto desencadena una búsqueda apasionada de la trascendencia a través del símbolo que representa la Naturaleza. La segunda está basada en el famoso episodio del "Fausto" de Lenau, a su vez basado en la gran obra de Goethe. El virtuosismo trascendental de esta partitura contribuye eficazmente a caracterizar a este oscuro personaje clave de la literatura romántica, con su eterno conflicto entre el amor y la inmortalidad. J.M.Murani
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