Descendiente de una distinguida familia cartagenera D. Ángel Aznar y Butigieg nace en Cartagena el año mil ochocientos cuarenta y siete (al parecer, nace en Totana, pero al no existir Reg. Civil en aquella época, y ser bautizado en la ciudad Departamental, figura como nacido allí). Pasa una infancia acomodada, es buen estudiante, lee ávidamente prensa y revistas de la época; aquella época de pavanas y polisones, de guerras centroeuropeas que cambian radicalmente el espectro político del Viejo Mundo.

Ángel Aznar es inquieto; a sus quince años es un apuesto mozo, alto, elegante, atractivo en definitiva. De marcado carácter entre dócil y dominante-autoritario, que desea volar alto, muy alto.

Mientras su hermano Justo opta por la Ingeniería, él decide tomar la carrera de las armas y así con sus quince años recién cumplidos ingresa en el Ejército.

En la tercera Guerra Carlista (1874), se bate heróicamente recibiendo una herida que pone en gran peligro su vida.

Los hechos de armas van marcando su carrera y así, tiene una participación decisiva cuando consigue sofocar el movimiento sedicioso del Cuartel de San Gil, desaparecido hoy y que se hallaba ubicado entonces por la Plaza de España madrileña, en la Montaña del Príncipe Pío, donde hoy encontramos el Templo Debod.

Es nominado Vice Presidente de la Comisión de Táctica del Ministerio de la Guerra y Director de la Escuela Superior del Ejército.

Apenas cumplidos los cuarenta y ocho años es nombrado Teniente General; desempeña la Capitanía General de varias regiones españolas y escribe un tratado: "Detalle y Contabilidad". Bases para la Reforma de la Administración de los Cuerpos Armados e irrumpe como liberal en el mundo de la política.

Gozaba de grandes simpatías en todos los ambientes; representó a Cartagena en el Parlamento: Diputado a Cortes en 1893-1896-1898-1899- 1901-1903-1905, es Senador Vitalicio desde mil novecientos diez hasta la fecha de su fallecimiento en mil novecientos veinticuatro.

En mil novecientos diez, Canalejas, que presidía a la sazón el Gobierno, le confió la Cartera de la Guerra.

Su amistad con el Rey Alfonso XII era de una firmeza inquebrantable; fue nombrado General del Cuerpo de Inválidos y capitán General de Alabarderos.

Ostentó la Jefatura Militar de la Casa Real, siendo también Director de la Guardia Civil.

Ayudante de Campo de S. M. y Jefe del Cuarto Militar del Rey, le unían lazos muy afectuosos a Alfonso XII, tanto desde la boda de éste con su prima María de las Mercedes, como posteriormente con su segunda esposa María Cristina de Habsburgo Lorena.

Aficionado y amante de todo lo totanero, indefectiblemente pasaba largas temporadas en su "ciudad natal", no faltando al veraneo tradicional en su casa palacio de Cantareros, derruida tras la contienda civil española, o su domicilio de la calle de Vidal Abarca.

Tenía un palacio en la ciudad Departamental, una verdadera joya que fue vendido a los Padres Claretianos, siendo hoy día su casa conventual.

Solía visitar don Ángel los bajos de la casa en la calle del Alférez Crespo en la que vivía su prima Dolores Aznar, muchas veces acompañado de su señora doña Presentación. Entonces repartía entre las niñas del vecindario garbanzos "torraos” que su prima guardaba en un tarro de cristal.

La Navidad era su punto débil y aparecía por Pascua un año si y otro también. Domingo, su mayordomo, contaba cosas muy jugosas del General, como se le conocía en su pueblo natal, y Jueves Santo de cada año venía a los "Oficios de Tinieblas" y a las "Procesiones".

Le agradaba presenciar la entrada de los centuriones romanos en el templo de Santiago el Mayor; éstos llevaban los tradicionales morriones bicéfalos y tricéfalos, altos, como estirados cuellos de cisne; los "armaos" enarbolaban la bandera, hacían la rueda del "caracol" y trazaban la "Puntoná " . Don Ángel Aznar gozaba lo indecible con todo ello máxime cuando al penetrar la soldadesca romana en el templo uno de los componentes de la tropa, menudito, prácticamente un enano, al que apodaban el "tío Alpargatero", cuando pisaba el portal del recinto sagrado, se agachaba prestamente para que su morrión no diese en el dintel de la puerta, lo que provocaba la carcajada general y del General.

Todos conocemos la tradicional costumbre de hacer promesas Santa Eulalia, consistentes las más de las veces en recorrer el trayecto existente entre la población y el Santuario, descalzos.

En aquellas calendas era una promesa ardua ya que no existía camino entre el eremitorio y el pueblo, lo que hacía que el personal se trasladase al santuario por el cauce de la Rambla, repleta de guijarros, pedruscos enormes, con un trazado sinuoso y extremadamente duro. Ahora es relativamente sencillo e incluso cómodo ya que el trazado ha mejorado y el firme es de riego asfáltico. Pues bien, D. Ángel y su hermano D. Justo decidieron hacer las obras de la nueva carretera, lo que llevaron a cabo en los primeros años del siglo XX.

En 1918, el General Aznar fue pilar sobre el que se sostuvo la petición efectuada por el entonces alcalde de Totana don Salvador Navarro Aledo consiguiendo que nuestra población pudiese ostentar el título de "Ciudad" otorgado en septiembre del mencionado año en Santander por el Ministerio.

El siete de marzo de mil novecientos veinticuatro, cuando se hallaba don Ángel Aznar y Butigieg en situación de segunda reserva, tras penosa y breve enfermedad entregaba su alma al Altísimo en su domicilio de Madrid, calle de Zorrilla, once, a las siete de la mañana. Se recibieron telegramas de condolencia de toda España, sin que faltase el pésame de S. M. el Rey Alfonso XIII, y su cadáver fue trasladado a Totana donde reposa en el Panteón familiar junto a la Capilla del Cementerio de Nuestra Señora del Carmen. El Ayuntamiento de nuestra ciudad le dedicó la principal de sus calles.

Mateo García

HECHOS MAS SALIENTES DURANTE SU MANDO

- Fue nombrada Patrona de la Guardia Civil la Santísima Virgen del Pilar.
- Se iniciaron las obras del Colegio Infanta María Teresa.

EMPLEOS y GRADOS OBTENIDOS
Cadete	(15-06-1862)	a los 14 años
Alférez	(01-01-1866)	18
Grado de Teniente	(29-09-1868)	20
Teniente	(21-11-1868)	21
Grado de Capitán	(01-01-1869)	21
Capitán	(08-10-1872)	22
Grado de Comandante	(09-11-1873)	23
Comandante	(27-03-1874)	26
Grado de Tte. Coronel	(17-10-1874)	27
Grado de Coronel	(21-11-1874)	27
Teniente Coronel	(03-02-1875)	27
Coronel	(23-08-1875)	28
Brigadier	(marzo de 1887)	39
General de División	(03-07-1895)	47
Teniente General	(05-09-1907)	59

CONDECORACIONES y TITULOS PRINCIPALES Gran Cruz de San Hermenegildo Gran Cruz Blanca del Mérito Militar 2 Cruces Rojas del Mérito Militar Medallas de Bilbao, Guerra Civil y Alfonso XII. Gentilhombre de Cámara con Ejercicio Ministro de la Guerra (dos veces) .

En este mes de octubre de 1955 conmemoramos el XLII aniversario de la declaración de Nuestra Señora la Virgen del Pilar como Patrona del Cuerpo, y con tal fausto motivo, honramos las páginas de la Revista publicando la añeja y emocionante Orden General del Cuerpo de 18 de febrero de 1913, publicada en el "Semanario Oficial" (hoy "Boletín") número 284 de 24 del mismo mes: «Por Real Orden de 8 del actual se declara Patrona del Cuerpo a Nuestra Señora la Virgen del Pilar de Zaragoza. Ese era vuestro constante anhelo; de él me hice intérprete cerca del Gobierno, y Su Majestad, dando una nueva prueba de su afecto y predilección por la Guardia Civil, se ha dignado acceder a ese ruego. Vuestra aspiración estaba fundada en lo que es tradicional en el Ejército, y la inspiraba el arraigo de vuestras creencias. A todos los grandes hechos militares de nuestra historia va unida siempre la fe religiosa desde los primeros años del Cristianismo; y desde esa remota fecha nuestro pueblo venera a la Virgen, bajo cuyo patrocinio se ha puesto a la Guardia Civil. El arraigo de las creencias y el sentimiento de la Patria, que es la idea más grande y consoladora que el hombre puede tener después de la de Dios, alentó a los españoles a luchar con fe y entusiasmo durante los ocho siglos de la Reconquista, les impulsó a alcanzar la victoria en Lepanto, los sostuvo en Zaragoza, una de las más grandes epopeyas que registra la Historia del mundo, y últimamente, cuando la gloriosa guerra de Africa, en 1860, se consideró el acto más a propósito para solemnizar el término de la triunfal campaña: oir misa a la puerta de la Mezquita de Tetuán, colocando junto al altar la blanca bandera del Ejército expedicionario, que ostentaba la imagen de la Concepción, que es hoy la Patrona de la gloriosa Infanteria española. La Guardia Civil, compuesta por los soldados más veteranos del Ejército, satisfizo siempre las esperanzas de la Nación y respondió a la confianza de los Gobiernos porque sois valientes, firmes en la fatiga, disciplinados, leales hasta llegar al sacrificio y abnegados en el peligro. Tenéis todas las virtudes militares, y por eso el Cuerpo ha conquistado y mantiene el prestigio de que goza. Se declara nuestra Patrona, a la que lo es del Colegio de Guardias Jóvenes, donde se amparan y educan vuestros hijos que, postrados ante la imagen de la Virgen del Pilar, rezan por vosotros, pidiendo os proteja y os libre de las asechanzas de los malhechores que perseguís. Allí, en aquella capilla, se bendijo la Enseña de la Caballeria del Cuerpo; la Bandera, que es el símbolo de la Patria, consagrado por la religión. Este año, al solemnizar el día de la Patrona, celebraremos en la Guardia Civil la primera fiesta del compañerismo. Cuando os congreguéis para ello en cada Puesto, dedicad una oración a vuestros compañeros que sacrificaron la vida en cumplimiento del deber y al inolvidable Duque de Ahumada, organizador del Cuerpo, y antes de separaros terminad vuestra fiesta diciendo: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! Vuestro Director General, AZNAR.» Durante este largo período de nuestra brillante historia han sido muchas las vicisitudes por las que la Guardia Civil ha atravesado. Innumerables pruebas de abnegación y heroísmo, particularmente en los años de nuestra Cruzada, como nunca se habían dado, esmaltan y elevan el concepto que de la Guardia Civil se tiene no sólo en España, sino también en gran parte de otros países; algunos de los cuales han organizado, con nuestra cooperación, Cuerpos semejantes con excelentes resultados. Tantos sacrificios, de los que siempre hemos salido triunfantes por la intercesión de nuestra excelsa Patrona cerca de su augusto Hijo, nos obligan a reiterar nuestro agradecimiento, fervor y devoción hacia Ella, pidiéndola, humildemente arrodillados a sus pies. que nos siga protegiendo y llenando de bendiciones. En todo el ámbito nacional por el que se hallan desperdigados los elementos del Instituto, hombres, mujeres y niños, se rezarán, como todos los años en el doce de octubre, infinitas plegarias pidiendo a la Virgen su protección y ayuda y que colme de dones a nuestra querida España, a nuestro sin par Caudillo y a nuestro Director General, para bien de España y del Cuerpo. Revista Guardia Civil, Octubre 1955