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Con el montaje de altares y la decoración de plantas, flores y colgantes recibieron los vecinos de Totana al Santísimo Sacramento, que recorrió en la tarde del pasado domingo 8 de junio las calles en la procesión del domingo del Corpus Christi, la fiesta que cierra el tiempo litúrgico que se abrió el Domingo de Resurrección.
El cortejo partió este año de la Iglesia de Santiago el Mayor, una vez finalizada la misa previa y tras recorrer varias calles de la localidad finalizó en el Convento de las Tres Avemarías.
Tomaron parte en ella numerosos vecinos que acompañaron al Santísimo, que procesionó en el esplendoroso trono. También salieron en ella un buen número de niños y niñas ataviados con sus trajes de Primera Comunión, autoridades municipales, así como la banda de la Agrupación Musical de Totana, que cerró la comitiva interpretando marchas clásicas de esta festividad como 'Triunfal'.
Los momentos álgidos de la procesión se vivieron en las calles donde los vecinos habían levantado altares, utilizando ajuares domésticos y gran profusión de flores y plantas. En ellos la comitiva se detuvo para que el sacerdote expusiera el Santísimo, lo incensara e impartiera la bendición a los presentes.
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (B)
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. (Mc 14,12-16.22-26).