Desfilaron los pasos: Samaritana, Santa Cena, Oración en el Huerto, Beso
de Judas, Negación, Jesús Flagelado, Ecce Homo, Coronación de Espinas,
Ntro. Padre Jesús Nazareno, Verónica, Santísimo Cristo de la Caída,
Santa María Magdalena y Ntra. Sra. de los Dolores. La lluvia obligó a suspender a medio la procesión.
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la
hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que
estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el
diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que
lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus
manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se
quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la
jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con
la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
"Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?" Jesús le replicó: "Lo que yo hago tú
no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde." Pedro le dijo:
"No me lavarás los pies jamás." Jesús le contestó: "Si no te lavo, no
tienes nada que ver conmigo." Simón Pedro le dijo: "Señor, no sólo los
pies, sino también las manos y la cabeza." Jesús le dijo: "Uno que se ha
bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos." Porque sabía
quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios." Cuando
acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les
dijo: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis
"el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el
Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis
lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he
hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis." (Juan 13, 1-15)