La explanada situada a las puertas del Convento de las Tres Avemarías se convirtieron el pasado 17 de enero por la tarde, festividad de San Antonio Abad, en una especie de Arca de Noé. Allí se congregaron, portados por sus dueños, gran cantidad de animales, sobre todo perros, gatos y pájaros, aunque también se pudieron ver otros ejemplares como peces, tortugas y roedores, entre otros.
Fray Rafael se encargó de bendecir uno a uno a las mascotas. Además, se repartieron los típicos panecillos.