Frecuentemente a los políticos, tanto municipales como regionales, incluso nacionales, les toca tomar decisiones sobre diferentes temas de los cuales no tienen ni experiencia ni el más mínimo conocimiento, pero el verse amparados por un puñado de votos por encima de sus competidores les da la autoridad (según ellos) para pontificar sobre cualquier cosa.
Últimamente se ha abierto, en nuestro pueblo, un debate interesado sobre un posible museo de la ciudad y dónde se debe ubicar. Los diferentes partidos, cautivos por sus programas electorales escritos hace años, manifiestan sus opiniones al respecto con peregrinas reflexiones sobre el porqué, el cómo, el dónde y el cuándo de ese futuro museo local y no veo ninguna disposición a escuchar a las personas que, por formación o experiencia laboral, saben más que ellos.
En los últimos 50 años, en nuestro país y en nuestra región, se han abierto multitud de museos municipales. Es raro el municipio de cierta entidad que no tiene su museo, abierto para cumplir unas promesas electorales y dar lustre al político de turno. Podemos asegurar que la inmensa mayoría de ellos no funcionan. Cuando digo que no funcionan no me refiero a la parte económica sino a la función básica que debe tener un museo en el siglo XXI. Aquí llega la primera pregunta:
¿CUÁL ES LA MISIÓN DE UN MUSEO?
A diferencia de los museos del siglo XIX y XX, el museo contemporáneo debe ser un centro de recuperación y puesta en valor de nuestras particularidades e historia, sin convertirse en un cementerio estático de objetos. Pero también, y esto es fundamental, debe ser la herramienta que construya nuestro patrimonio cultural y nuestra identidad en el futuro. De igual manera, debe tener la entidad suficiente para generar interés en los visitantes foráneos y ser polo de atracción como mínimo a nivel regional. Al buscar estos fines surge la segunda pregunta:
¿CÓMO DEBE SER UN MUSEO?
Un museo debe tener los medios, el espacio y el proyecto expositivo suficiente para conseguir las misiones básicas de las que hablo en el párrafo anterior. Sería también importante tener la independencia de gestión para evitar los vaivenes y caprichos del político de turno.
En la actualidad los nuevos museos diversifican su atractivo entre continente y contenido, es decir el edificio y el espacio se convierte en un elemento fundamental en la visita y disfrute del espectador. Además de tener la capacidad para establecer un proceso narrativo durante la visita que, a fin de cuentas, será lo que transcienda en el público. No debemos olvidar que el museo debe tener la capacidad económica y espacial para albergar una programación de exposiciones temporales de interés suficiente que dinamicen este centro constantemente.
¿QUÉ MUSEO?
Los museos municipales abiertos al 'tun tun' repiten esquemas, errores y falta de interés para la mayoría de posibles visitantes. Museos de la ciudad, museos etnográficos, museos del artista local con poca o ninguna proyección, museo arqueológico con piezas y discursos que se repiten de pueblo en pueblo… Saber distinguir y aprovechar nuestras particularidades y hechos diferenciales y ponerlos en valor debe ser el espíritu de nuestro museo. Distinguir en que somos únicos y así diferentes e interesantes, es el paso previo a cualquier decisión. Un museo debe ser un elemento más en un plan cultural global de un municipio. No es la solución para nada si no se acompaña de un planteamiento general que dote al municipio de las infraestructuras necesarias para el desarrollo adecuado de la cultura.
¿DÓNDE?
El CTA (CENTRO TECNOLÓGICO DE LA ARTESANÍA)
Es un edificio de 130 metros cuadrados y tres plantas además de un sótano más pequeño. El hueco del ascensor y la gran escalera central dejan una superficie disponible para exposición de poco más de 80 metros por planta. Está en buen estado y con una reforma no demasiado cara sería apto para un espacio expositivo. Su escasa capacidad y su ubicación en el entorno tradicional alfarero junto a un horno cerámico lo convierten en el sitio ideal para un museo de la alfarería. En Totana, aún no hemos tomado conciencia de la importancia que tiene, como hecho diferencial, la alfarería. El museo alfarero más cercano está en Agost (Alicante). Tener un museo de este tipo aquí, sería un sitio único en la Región, y si la gestión y el discurso expositivo es suficientemente potente sería polo de atracción para visitantes y orgullo de nuestros convecinos.
LA CASA DEL GENERAL AZNAR
Este edificio se ha convertido en un lastre para el Ayuntamiento. Después de una compra desorbitada, su rehabilitación ha sido imposible por el mal estado de las cuentas municipales.
La llegada de los fondos europeos abre la puerta a la posible puesta en valor de esta casa y su recuperación como espacio cultural. En mi opinión, debe albergar, una vez restaurado, el archivo municipal además de ser el sitio perfecto para la Biblioteca Municipal y reactivar la Universidad Popular. Con lo que conseguiríamos revitalizar el centro urbano, tan necesitado de vida y eventos. Trayendo aquí biblioteca y resto de actividades liberaríamos espacio en el edificio de la cárcel.
LA CÁRCEL
Una de las particularidades de nuestro pueblo ha sido la capacidad y personalidad musical. Hay que potenciar la Escuela de música y las artes escénicas en Totana, y convertirlas en objeto de interés fuera de nuestro municipio. Y como fin último, conseguir un conservatorio de grado medio para Totana. La Cárcel es el sitio perfecto para este encuentro de las diferentes músicas y artes escénicas. Dedicar este espacio al completo a este fin será el primer paso para conseguirlo.
Concluyendo: El CTA no es apto para un Museo de La ciudad. Debemos trazar un plan de infraestructuras culturales sensato pero ambicioso a corto, medio y largo plazo. Debemos explotar nuestros recursos propios y diferentes al resto de municipios (alfarería, música, huertos, La Bastida, La Santa, etc.).