Por Diego Jesús Romera González
y
Andrés Higinio Romera Salinas
Continuando una de las tradiciones religiosas más antiguas de Totana, los vecinos de la Diputación de La Huerta se congregaron en su Ermita, el lunes 25 de diciembre, para asistir un año más a la Misa de celebración por el Nacimiento del Niño Jesús.
La Misa -que se celebró a las 13:00-, fue presidida por el Párroco de Santiago El Mayor, D. Francis Fernández García y cantada por el Coro de animación litúrgica la Ermita de La Huerta (1991-2023).
La Misa del Nacimiento es una ceremonia de Acción de Gracias, por todo lo que Dios nos ha concedido a lo largo de toda la Historia de la Salvación. Por esto, durante la homilía, los huertanos pudieron percibir que la Navidad hay que celebrarla con el corazón libre de lacras y cadenas, pues sólo de ese modo podremos recibir a Cristo en nuestras vidas.
La Navidad nos brinda una ocasión idónea para que seamos capaces de recuperar el sentido de la vida, y la fuerza para afrontar los problemas de la vida cotidiana, pues el propio Dios hecho Hombre, camina a nuestro lado. Y, además, en la celebración de la Navidad renace la fe que disipa las tinieblas del corazón y de la mente de cada uno de los creyentes.
Durante todo el tiempo de Navidad, junto al Altar de la Ermita, luce una representación del Nacimiento, que ambienta la liturgia de este tiempo y ayuda a los huertanos a centrarse en la contemplación del Misterio que celebramos en estos destacados días. El encargado del diseño de este Nacimiento, -tarea que viene desempeñando voluntariamente desde el año 1990-, es el totanero Luís González Pérez, miembro de la familia de La Escuela de La Huerta.
Después de la Misa, todos los asistentes celebraron el comienzo de la Navidad, alrededor pequeño refrigerio que organizó el equipo de mayordomía.
Desde la Ermita de La Huerta, los huertanos de Totana, deseamos a todos los lectores de Totan.com, nuestros mejores y más sinceros deseos de felicidad para el presente, y de esperanza para el futuro.
Y que no se nos olvide en ningún momento, que no podemos celebrar la Navidad, sin la Navidad.