Las inquietudes de la existencia, las opciones y caminos con que la persona afronta su compromiso histórico, fraguan no solo su personalidad, carácter y devenir, sino que determinan una específica relación con su entorno. En ese engranaje de decisiones alcanza un valioso protagonismo todo aquello que renueva y alienta el corazón, pero también los gestos, las acciones, las actitudes que repercuten positivamente en la comunidad, en la colectividad en donde el ser humano se encuadra. En este sentido, desde la admiración y el respeto a Mateo García Martínez, Cronista Oficial de la Ciudad de Totana, se ha de reconocer su diligencia en favor de nuestra tierra, un quehacer orientado a recuperar sus principales signos de identidad, sus esencias y tradiciones, apostando por ellas y difundiendo, con pasión y tenacidad, el rico patrimonio que el tesón y el arrojo de sus vecinos han sido capaces de forjar a lo largo de los siglos.
El empeño de Mateo en esta responsabilidad adquiere una meritoria transcendencia al desarrollar este cometido en un tiempo en el que, además, se apreciaba escasamente este tipo de valores. Sin embargo, él supo custodiar la memoria de Totana, de Aledo, de Alhama de Murcia, su tierra natal, al igual que de Mazarrón y su Puerto, poblaciones a las que dio voz en sus crónicas de prensa y en los informativos de radio, infundiéndoles primordial relevancia en las publicaciones que ha dedicado a estos enclaves, al palpitar de sus gentes, a sus entonaciones cotidianas y festivas, a sus gestas más sobresalientes, encumbrando aquellas otras más sencillas y populares, con un lenguaje cercano y amable, en conexión directa con el lector, poniendo el acento en lo emocional, en lo expresivo y elocuente, realzando lo genuino y peculiar, lo que singulariza y define.
Mateo García, con una amplia biografía y un fecundo trabajo, ha partido hacia el Padre, lo ha hecho después de unos años en la intimidad del hogar, limitado por la edad y por las circunstancias sanitarias del último periodo que no han favorecido el encuentro social, pero disfrutando de una esmerada atención por parte de sus familiares, que con ternura y cariño han mitigado la incertidumbre que acompaña a la pandemia. En ese contexto de sereno estar, aceptando con entereza e integridad las rémoras de la ancianidad, no ha dejado de pensar en Totana, de aportar sus colaboraciones, feliz por saber que el caudal documental y gráfico que ha donado a la Administración está a disposición de los usuarios y que, a través de él se seguirá profundizando en el pasado, en esos otros modos de vida que han moldeado nuestro presente y que requieren ser considerados, discernidos e interpretados. En ese proceso la estela y el legado de Mateo García tienen mucho que decir.
Descanse en paz.
Juan Cánovas Mulero
Cronista Oficial de la Ciudad de Totana