La incidencia del coronavirus en el municipio de Totana comenzó a ser preocupante a partir del mes de junio. Desde esa fecha el aumento progresivo de casos nos llevó a un confinamiento a finales del mes de julio y hasta mediados de agosto. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con otras localidades vecinas que presentaban grandes similitudes en cuanto a población y número de casos ¿A qué se debió esta desigualdad en el trato? Apenas un mes después, la Comunidad Autónoma, en cuanto autoridad sanitaria competente, nos vuelve a confinar con un porcentaje de contagios que triplica el valorado por ella misma en el mes de julio. Y aquí lanzamos la otra pregunta: Si las limitaciones y restricciones impuestas en el confinamiento de julio-agosto no han servido para controlar al virus ¿Por qué se nos vuelve a imponer esas mismas medidas y restricciones que ya se han mostrado ineficaces?
Ante la inoperancia de estas medidas, que tampoco vienen acompañadas de recursos, las autoridades autonómicas y municipales apelan constantemente a la responsabilidad de toda la población de Totana, de tal forma que quienes cumplen las normas llegan a sentirse ofendidos, culpabilizados injustamente y defraudados, porque por muchos confinamientos a que nos sometan, quienes muestran actitudes irresponsables e incívicas -ya sea porque no pueden, ya sea porque no quieren- van a seguir haciéndolo, y los confinamientos seguirán siendo inútiles. Y llegados a este punto, la ciudadanía de Totana se pregunta: ¿por qué desde el Ayuntamiento no se ha establecido un dispositivo de vigilancia en el municipio para conductas irresponsables? A lo mejor se nos responde que los efectivos de la Policía Local son insuficientes, y es cierto, pero entonces ¿por qué se ha esperado el Ayuntamiento a tener un índice de 2000 casos por cada 100.000 habitantes para pedir ayuda a la Delegación del Gobierno?
No se puede exigir a la ciudadanía de Totana responsabilidad para luchar contra el virus sin explicar antes por qué hemos llegado al punto en el que nos encontramos. Otros municipios de características socio-económicas similares a Totana –por ejemplo, los municipios que circundan el campo de Cartagena- no se encuentran en tan crítica situación. ¿Qué se ha hecho en Totana (o qué no se ha hecho) para estar donde estamos?
La población totanera que actúa de forma cívica y responsable, para seguir siéndolo y evitar polarizaciones indeseables, necesitan saber y entender cuál es el origen y causa de tan desastrosa e inexplicable situación.
Autoridades autonómicas y locales, hablen alto y claro, y, sobre todo, den razones y actúen