Fervor y devoción en torno a la Santa se volvieron a dar la mano el pasado 7 de enero en Totana. Santa Eulalia de Mérida regresó ese día a su ermita, como es tradición, acompañada por miles de personas que quisieron mostrarle una vez más el cariño que profesan a la patrona de Totana.
La imagen de Santa Eulalia partió de la Parroquia de Santiago El Mayor de Totana, donde había permanecido en el último mes, a las nueve de la mañana, después de la celebración de una misa. En la plaza de la Constitución aguardaban cientos de personas, que la recibieron con vítores y aplausos. Los vivas a la patrona resonaron entre la multitud, dispuesta a acompañar a Santa Eulalia en el camino de retorno a su santuario.
Se iniciaba así la romería de la Santa, que iba a conducir a la patrona de regreso a su ermita en Sierra Espuña. Frente a la ermita de San Roque se realizó una primera parada y en el paraje de El Rulo, a las afueras del casco urbano totanero, se efectuó otra que se prolongó unos minutos, para despedir a la imagen.
La comitiva continuó entonces el camino hasta el paraje de La Santa, 7 kilómetros en los que no faltaron los cánticos de cuadrillas, que entonaban bellas y tradicionales canciones dedicadas a la patrona.
El buen ambiente era la nota predominante en el camino, en el que no faltó la típica mantellina, para endulzar las gargantas, ni las viandas como embutidos o dulces. Niños, jóvenes y mayores participaron en esta romería, en la que tomaron parte, según informaron fuentes de la Policía Local, alrededor de 8.000 personas.
La imagen de Santa Eulalia, portada a hombros por los hermanos de La Santa, llegó a su santuario aproximadamente tres horas después de partir. Allí, en el atrio de la ermita se ofició una misa de campaña, que fue seguida por numerosas personas.
Además, la jornada festiva prosiguió en las inmediaciones del santuario, donde cientos de personas se habían afanado en conseguir un buen sitio para cocinas arroces, carnes a la brasa y otros manjares con los que reponer fuerzas. Embutidos colgados de cuerdas extendidas entre dos árboles, mesas dispuestas con aperitivos variados, jamón, queso, fruta... y otras delicias para el paladar, se convirtieron en imagen común en la jornada en el paraje de La Santa, junto a la de grupos que se arremolinaban en torno a las mesas o a las fogatas encendidas para cocinar. La estancia en el lugar, para muchos de ellos, se prolongó hasta entrada la noche.
Para velar por que la jornada festiva se desarrollara con normalidad, se había previsto un amplio dispositivo de seguridad en el que participaron agentes de la Guardia Civil, Policía Local, efectivos del parque de bomberos de Alhama-Totana, miembros del SEPRONA, voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil y agentes forestales.