La Guardia Civil, en una acción conjunta con la Policía Local, detuvo en la tarde del pasado miércoles 18 de agosto a Ignacio C.E., alias El Lebecho, por presunto delito de violación a siete niñas de edades comprendidas entre los 7 y los 15 años así como a una adulta de 21 años. Seis de las agredidas son de origen ecuatoriano, mientras que las otras dos son una española y una argentina.
Se trata de un vecino de Totana de 31 años, obrero de la construcción, padre de 7 hijos y sin antecedentes penales que, presuntamente, llevaba a cabo sus malintencionadas actuaciones en Lorca, Puerto de Mazarrón y Fuente Álamo, localidades cercanas al municipio de Totana. El modus operandus del supuesto violador era siempre el mismo. En principio, el violador actuaba tras elegir y observar a sus víctimas detenidamente con el propósito del hurto. Esperaba a que éstas se encontrasen solas en el domicilio familiar y a continuación accedía a las viviendas con la excusa de reparar una avería eléctrica. Una vez en el interior, se hacía con objetos de valor como un ordenador, un móvil o una cámara fotográfica. En una ocasión llegó a robar 1.000 euros.
En el caso de que las niñas se encontrasen solas en el domicilio familiar, decidía agredirlas sexualmente.
Entonces trataba de tomar confianza con las pequeñas y les preguntaba a qué hora volvían normalmente sus padres para asegurarse de no ser sorprendido.
En caso de haber más de una niña en la vivienda, elegía la que más le atraía y le pedía que le acompañase hasta la ferretería para comprar material de electricista ya que necesitaba a alguien que le sostuviera el ciclomotor. Las pequeñas accedían sin conocer las graves intenciones del hombre, que las llevaba a un lugar deshabitado para perpetrar allí su violación. No obstante, alguna de las agresiones las cometió en el interior del domicilio de las víctimas.
De esta manera, el presunto violador en serie sumó 8 agresiones sexuales en dos años y medio hasta que los indicios de las investigaciones de la Guardia Civil y la Policía Local apuntaron a Ignacio como presunto culpable de los hechos.
La noche del miércoles y el día siguiente, jueves, el acusado pasó las horas en los calabozos de la Policía Local hasta que en la mañana del viernes fue trasladado a las dependencias del cuartel de la Guardia Civil donde fue interrogado durante aproximadamente cuatro horas. Más tarde, la Policía Judicial llevó a Ignacio al Juzgado de Instrucción número tres de Totana donde el presunto violador, esposado, explicó a la jueza titular que se le había ido la cabeza y que no sabe por qué lo hizo.
Asimismo, Ignacio C.E. declaró que había abusado de menores, pero sólo en tres ocasiones, y no en siete. También dijo que no llegó a violarlas ya que sólo se limitó a realizarles tocamientos.
En cuanto a los robos, Ignacio C.E. reconoció a la jueza su culpa. Además, el detenido declaró que se arrepentía de sus delitos.
Al juzgado también asistieron la madre y dos hermanos de Ignacio.
Siempre elegía víctimas sudamericanas
El violador elegía como víctimas, tanto para llevar a cabo sus agresiones sexuales como sus hurtos, a personas de origen sudamericano por varias razones.
En primer lugar, muchas de estas personas están en España en situación irregular por lo que es más difícil que éstos denuncien el hecho. Además, es más habitual que los padres estén trabajando.
Asimismo, aprovechaba su situación de alquilados para utilizar la excusa de que el dueño de la vivienda en cuestión le había encargado revisar la instalación eléctrica.