La Comisión Mixta del Patrimonio Cultural, que forman los Ministerios de Fomento y Educación, Cultura y Deporte, ha aprobado conceder una subvención de 347.000 euros (57,8 millones de pesetas) para acometer actuaciones de recuperación arquitectónica e histórica en el parque arqueológico de “La Bastida” de Totana, según anunció el alcalde, Juan Morales.
Esta actuación va dirigida a la recuperación del Patrimonio Arquitectónico e Histórico del poblado argárico del Cabezo de “La Bastida”, la “ciudad” más emblemática de la Cultura del Argar, que nos ha legado, hasta el momento, grandes estructuras de hábitat concebidas urbanísticamente y más de cien enterramientos, así como testimonios de su actividad económica y numerosas muestras de su cultura material, de gran valor arquitectónico y urbanístico.
La actuación se va a centrar en el vallado perimetral, la construcción de un edificio de Servicio Museográfico y Centro de Información, con zonas de aparcamiento y ocio y la construcción de una réplica arqueológica.
El proyecto que pretende llevar a cabo el Ayuntamiento de Totana, cuya principal impulsora ha sido la arqueóloga Magdalena García, constaría de dos partes: la recuperación del poblado de La Bastida, para lo cual la Dirección General de Cultura procederá a la realización de una mapa topográfico que posibilite su reconstrucción, y la creación de un Centro de Interpretación Arqueológica, que permitiría a visitante conocer de una forma didáctica cómo se vivía en la Época del Bronce.
El ayuntamiento ya realizó una primera intervención de limpieza para la reconstrucción del poblado en la propia zona del yacimiento, cuyos restos salieron a la luz en las sucesivas excavaciones llevadas a cabo en los años 40.
Se trata de 13 unidades de hábitat en las que también han sido localizados un total de 145 enterramientos. Los trabajos permitirán la elaboración del mapa topográfico y del proyecto de consolidación de todo el yacimiento, momento en el que se podrá cuantificar el coste de su recuperación.
En principio, se tiene previsto acometer la reconstrucción de 2 de las 13 viviendas sacadas a la luz, que sólo son una décima parte de las construcciones existentes en el cabezo. Una vez recuperadas totalmente, se recreará el modo de vida de este momento de la prehistoria, ya que se
dotará de útiles y mobiliario (urnas de almacenamiento, útiles de cocina, vajilla, hogar…).
También podrán verse las tumbas, situadas bajo el suelo de las viviendas, permitiendo conocer detalles como la colocación del muerto y el ajuar con el que se les enterraba.
Paralelamente se están dando pasos para la construcción del centro de interpretación, en el que se pretende, mediante exposiciones y material audiovisual, dar a conocer al visitante la cultura del Argar, los más de 200 yacimientos que existen en la Región de Murcia, su forma de vida, utensilios, creencias y ritual de la muerte.
Con una extensión de 30.000 m2, La Bastida, es el primer yacimiento conocido de la cultura del Argar, una de las más importantes de la Epoca del Bronce. El poblado estuvo habitado desde 1700 Ac hasta 1100 Ac, estimándose su población entre 600 y 1000 personas. Sus principales actividades económicas eran la agricultura y la ganadería, y en menor medida, la metalurgia y la cerámica, de la que se han hallado más de 10.000 fragmentos, que ponen de manifiesto su extraordinaria calidad.
El yacimiento fue descubierto por Rogelio de Inchaurrandieta, que pensó que se trataba de una montaña funeraria y que la zona sólo se había dedicado a enterramientos.
En 1890, los hermanos Sirec, verdaderos definidores de la cultura del Argar, realizaron las primeras excavaciones, pero es a partir de los años 40 cuando comienza a excavarse de una forma sistemática. En las efectuadas en los años 44, 45 y 48, tanto por Santa Olaya, arqueólogo perteneciente al Seminario de Historia Primitiva de Madrid, como por discípulos suyos, salen a la luz los restos que hoy día se pueden contemplar y que corresponden a 13 viviendas de entre 8 y 50 m2.
Desde su descubrimiento y hasta nuestros días, el yacimiento ha sido saqueado y expoliado de forma reiterada, lo que unido a los métodos arqueológicos utilizados en los años 40, ha supuesto perder mucha y valiosísima información sobre el poblado de La Bastida.
