El restaurante «Venta La Rata» acogió la celebración de Santa Justa y Santa Rufina, patronas de la alfarería. Allí se reunieron el pasado viernes, 18 de julio, artesanos de Totana para festejar esta festividad -que en realidad se conmemoraba al día siguiente-, en un acto que incluyo un homenaje a un alfarero local.
Por quinto año consecutivo ya, pues, los profesionales del sector artesano se reunieron para festejar en un ambiente cordial la festividad de Santa Justa y Santa Rufina. Asistieron alrededor de sesenta personas a este acto organizado por la Asociación de Artesanos de Totana (ASART).
En esta ocasión fue Pedro Zamora Martínez, uno de los alfareros más antiguos del municipio, el que recibió el homenaje, de igual manera que el año pasado se hizo con Rufino Tudela. Pedro Zamora recibió un cuadro, que había sido realizado por la pintora Eulalia González, como recuerdo.
Posteriormente, se celebró una cena de hermandad, que transcurrió en buen ambiente, en la que también se contó con la presencia del alcalde, Juan Morales; el concejal de Artesanía, Domingo Martínez; y por supuesto, la presidenta de la Asociación de Artesanos de Totana, Rosa María Saiz.
Tradición alfarera
Pedro Zamora Martínez cumplirá 81 años el próximo mes de agosto, y como él mismo confiesa, se dedica a la alfarería desde que tenía ocho años, cuando dejó el colegio para ayudar a su padre, que se dedicaba a este oficio en el taller que regentaba en el paseo de Las Ollerías.
Cinco de los siete hermanos que eran han sido alfareros, y junto a dos de ellos, Alfonso y Pascual, ha desarrollado él su vida laboral.
Además, sus hijos Luis y Aquilino han seguido la tradición familiar y también han continuado vinculados a este oficio, cada uno en su propia alfarería, así como su yerno, también alfarero. Pedro Zamora comenta en este sentido que a él le ha gustado desde siempre el oficio de alfarero y apunta con cierta tristeza que a sus nietos no parece que les atraiga este trabajo.
A pesar de que ya está jubilado desde hace algún tiempo, Pedro Zamora ha tenido pues una extensa trayectoria como alfarero, por lo que conoce a la perfección cómo ha evolucionado este tradicional oficio a lo largo de los años. En este sentido, señala que antes se elaboraban más piezas como cántaros, lebrillos, orzas..., mientras que ahora sobre todo se hacen artículos como macetas y maceteros. De hecho, la pieza que el explica que más hacía era el cántaro. Además, indica que antes todo se hacía en el torno mientras que ahora se utilizan más máquinas.
Pedro Zamora se siente muy satisfecho del reconocimiento a su trayectoria recibido el pasado viernes: «Estoy muy contento, me parece que es un bonito recuerdo para mis hijos y nietos». Él considera que tantos años en un oficio como el de alfarero le hacen merecedor de este reconocimiento, una distinción que reconoce que merecen otras muchas personas, algunas que ya han faltado.