La familia de Ángel Navarro López ha podido por fin darle el último adiós. El cuerpo de este hombre, cuyo cadáver apareció en el interior de un pozo de Sierra Espuña, el pasado 28 de abril, recibió el miércoles, 2 de julio, sepultura en Totana, poco más de dos meses después de este macabro hallazgo.
Familiares y allegados de este joven no podían ocultar el dolor. Tras el funeral que se ofició en la Parroquia de Santiago de Totana el cortejo fúnebre se trasladó hasta el cementerio Nuestra Señora del Carmen, donde fue enterrado.
Ángel Navarro López tenía 34 años y era de Totana aunque residía en Alhama de Murcia y regentaba una pajarería en Mazarrón. Su cuerpo apareció el pasado 28 de abril, un mes después de que sus familiares denunciaran su desaparición. El cadáver fue hallado en el interior de un pozo del paraje del Cabezo de la Rendija de Sierra Espuña a unos 75 metros de profundidad, amordazado y maniatado, y envuelto en plásticos.
Desde que apareció el cadáver de este joven, su cuerpo había permanecido en el Instituto Anatómico Forense de Murcia, donde se le practicó la autopsia y realizado pruebas para esclarecer las circunstancias que rodearon su muerte.
La madre del joven, sumida en el dolor, pedía justicia a la salida del cementerio: "Que ya está bien, que detengan a los asesinos, porque esto que han hecho con él no se ve ni en las películas del oeste". La madre de Ángel Navarro López señaló que la familia se encontraba mal de ánimo y manifestó que "mi hijo era una buena persona, todo el mundo le quería, no le había hecho nada malo a nadie y no se merecía la muerte que le dieron".
