La diputación totanera de Lébor ya dispone de su propia ermita, una vieja aspiración vecinal que ya es una realidad y que fue inaugurada el pasado domingo, 4 de mayo. Se ha construido en honor al patrón de la pedanía, San Pedro, y se ha ubicado junto al centro escolar unitario.
La ermita ocupa una superficie de unos 240 metros cuadrados, de los que la sala de culto ocupa una superficie de unos 170 metros cuadrados, y el resto lo ocupa la sacristía, que también servirá como almacén, y aseos.
La construcción de esta ermita, a la que sólo falta dotar de parte del mobiliario interno y del altar, tiene un coste que ronda los 150.253 euros, de los que el ayuntamiento ha subvencionado unos 60.100 euros, y el resto se ha sufragado con los fondos recaudados a través de rifas, cenas benéficas, colectas y celebraciones organizadas por los vecinos de la zona.
La idea de construir una ermita en la pedanía es una vieja aspiración que se remonta a unas tres décadas atrás, si bien tras quedar paralizado, se retomó la idea de llevar a cabo este proyecto hace siete años, cuando un grupo de mujeres que formaban parte de la comisión de fiestas empezó a recaudar fondos para la construcción de una ermita en torno a la cual poder celebrar las fiestas de la pedanía, que se celebran a finales de junio en honor a San Pedro Apóstol.
Las obras, en concreto, se iniciaron hace aproximadamente tres años y han permitido la construcción de esta ermita y el acondicionamiento del entorno.
En la puerta de la ermita se ha colocado una placa en agradecimiento a Salvadora Vera Paredes y su familia, por la cesión gratuita de los terrenos donde se ha construido.
El alcalde pedáneo de Lébor, Juan Pagán, diputación con alrededor de 725 habitantes, agradeció a las personas, empresas y vecinos que han colaborado para que esta ermita sea por fin una realidad. Además, resaltó el apoyo de los alumnos de la Escuela Taller y su equipo de monitores, que han realizado los trabajos de carpintería, forja, fontanería, electricidad, albañilería y pintura necesarios.
La intención ahora, explicó el alcalde pedáneo, es llegar a un acuerdo con la Parroquia de Santiago de Totana, a la que quedará adscrita, para intentar que se puedan celebrar misas de manera periódica, aproximadamente una vez al mes.
El acto de inauguración contó con la presencia del alcalde, Alfonso Martínez Baños, y representantes de los tres grupos políticos municipales. También asistieron numerosos vecinos, que no quisieron perderse tan importante acto.
También estuvo presente Salvador Vera Paredes, viuda de Francisco Alvarez Aguirre, que fue quien adquirió el compromiso de ceder los terrenos para la construcción de la ermita, y su familia. Salvadora Vera tuvo palabras de recuerdo emocionado para su marido, al que, dijo, «le hubiera gustado ver hecho realidad este proyecto y estar presente en este acto».
