Totana ha aporado ya su pequeño granito de arena para colaborar en la retirada de chapapote tras la tragedia provocada por el hundimiento del Prestige.
Un total de 33 personas partieron desde Totana el pasado 8 de marzo y hasta el 14 para participar en las tareas de retirada de chapapote de las costas gallegas. De ellas, 17 eran vecinos de esta localidad (entre ellos varios alumnos del Centro Ocupacional «José Moyá Trilla») y el resto procedían de Mula.
El coordinador de la expedición, el jefe de Unidad de Protección Civil de Totana Cristóbal Sánchez, explicó que la experiencia ha sido muy positiva y todas las personas han colaborado estupendamente.
Sánchez detalló que aunque en un prinicipio estaba previsto que se trabajara en una determinada zona de Malpica, al final, tuvieron que actuar en otra, también de Malpica y denominada Rincón de Riás, debido a las inclemencias meteorológicas y a las dificultades del terreno en principio asignado.
Trabajaron tres días, en jornadas matinales hasta las tres de la tarde. El trabajo consistía en la retirada de chapapote de las rocas. Los participantes en este viaje retiraron chapapote de una entrada con rocas a ambos lados y con ayuda de una espátula iban quitando de las rendijas donde quedaba chapapote, ya que se trataba de una zona en la que ya había trabajado previamente el Ejército. El chapapote se iba depositando posteriormente en unos capazos de goma y al final se vaciaban en un contenedor
Sánchez señaló que en esos días se quitó bastante cantidad para lo que queda en esa zona. Además, resaltó que tras ellos seguía el trabajo de unas personas con máquinas especializadas que limpiaban con vapor a presión.
El viaje estaba organizado por la Comunidad Autónoma, a través de la Dirección General de Protección Civil y contaba con la colaboración del ayuntamiento. Además de un responsable de Protección Civil se contaba con la participación de un sargento del Parque de Bombersos de Los Alcázares.
Sánchez señaló que la gente de Galicia se ha portado estupendamente con ellos y muestran una gran gratitud por el trabajo de los voluntarios. Además, explicó que en general, el ambiente que se respira entre los habitantes de la zona es esperanzador y se encuentran animados: «La gente ve bastante mejoría por lo menos en la zona donde nosotros hemos trabajao, no se vé a la gente muy desesperanzada».