¿UN DIA SIN COMER?
por
Francisco Cánovas Porlán
24/01/2010
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¿UN DIA SIN COMER? ¿Que disparate!, ¿Quién puede hacer eso?, si cuando estoy en el trabajo y falta una hora para llegar a casa ya estoy muerto de hambre. Sin embargo millones de seres humanos pasan hambre en el mundo y miles de niños mueren por desnutrición cada día. Esta es la noticia que más me impactó hace unos días. Así es mientras nosotros vaciamos de vez en cuando la nevera de productos caducados y los tiramos a la basura esos niños y también adultos pasan verdaderas miserias, mientras nosotros nos preocupamos por: dónde iremos el proximo puente ellos se preguntan si comerán mañana. Vivimos en un mundo de quejas constantes por practicamente todo cuando realmente tenemos más de lo que necesitamos y aunque suene un poco duro, más de lo que merecemos. Hemos nacido en una familia, lugar o país en el que por fortuna podemos vivir, comiendo lo que queremos y durmiendo bajo un techo bien protegidos del frío o del calor. No tenemos que renunciar a ello pues nuestro destino escrito así lo ha decidido, pero tampoco debemos apartar la vista de los pobres porque quizá parte de la culpa de su pobreza la tengamos nosotros. tampoco debemos quejárnos tanto sino más bien ser agradecidos por lo que tenemos. Nos quejamos de la factura de la luz cuando llega y somos incapaces de advertir que su elevado precio salvo errores se debe a lo a gusto que estamos fresquitos en verano con nuestro aire acondicionado y calentitos en invierno con nuestra calefacción. ¡Cuantos impuestos! solemos decir y no nos falta razón, pero también estaremos de acuerdo en que somos incapaces de renunciar a todos esos privilégios que por ser normales y rutinarios no los tenemos como tales. Nuestro o nuestros coches, moto, los citados anteriormente y otros muchos caprichos a los que no hace falta mencionar ya que cada unos sabemos los nuestros. Así es, nuestros excesos son los culpables de que haya POBRES en el mundo y para mí no vale la evasiva de que la culpa la tienen los ricos, o los científicos que a las órdenes de sus gobiernos investigan otros planetas por si hubo vida en ellos mientras el nuestro es cada vez más inerte. Cada uno en nuestra justa medida somos culpables de la pobreza de otros. Me provoca tristeza, pero en mi humilde opinión creo que es cierto, arrastrados por este mundo consumista somos tan culpables como el que más de que tantos niños mueran cada día en el mundo. Mundo del que no somos propietarios sino simples inquilinos. Cuando se acaba el contrato de arrendamiento nos vamos y todo aquello que hayamos podido acumular en la tierra, en ella se queda. Uno de los titulares de los informativos era que el gobierno de Etiopía pide ayuda urgente para la población... Podemos seguir buscando evasivas que no nos impliquen como que todo el dinero gastado en armamento se podría destinar a erradicar el hambre ¡y es cierto!, pero si reflexionamos, si nos miramos a nosotros mismos y nuestra forma de vida descubriremos que seguimos siendo culpables. No pretendo en estas líneas culpar de forma personalizada a nadie ni mucho menos ponérme como ejemplo,como has podido comprobar siempre digo nosotros y nunca vosotros. No soy más que uno más de los que va en este tren que por lo visto no tiene frenos. No pretendo otra cosa que compartir contigo, con vosotros esta humilde reflexión que ojalá nos convierta poco a poco en mejores personas. Me llamo Francisco Cánovas Porlán y estoy abierto a cualquier sugerencia o crítica, la recibiré con mucho gusto y humildad.
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