LOS HUERTOS S. XIX
Datan del
S. XIX. Se extienden sobre una franja de tierra de Este a Oeste sobre
la vertiente Norte del municipio. Se trata de explotaciones de tierra
donde se construyen bellas casas de veraneo rodeadas de huertos de naranjos
y limoneros, cuyo perfume de azahar es algo característico.
Son de interés El Huerto de la Bola, Huerto de la Torreta,
El Huerto de los Gray, Huerto de Marta y María y otros.
CASA DE LA CHARCA
S. XIX
Esta vivienda es la típica totanera que pertenece a un
grupo de edificaciones localizadas principalmente en las diputaciones
de la Huerta y Mortí, zonas de regadío con abundancia de huertos de naranjos
que han sido durante años las mas ricas del municipio.
Están ubicadas al pié de la sierra y el santuario
de la Santa, lo que convierte a esta zona en una de las más idóneas para
el veraneo. Su construcción en general y la fachada, de una gran opulencia,
deja entrever la condición económica de sus propietarios, generalmente
personas adineradas.
Estas viviendas comienzan a edificarse a principios
de siglo. Tienen generalmente dos pisos y se adornan con torretas o buhardillas;
asomando al exterior grandes balcones.
SANTUARIO DE LA SANTA
S. XIII
Santuario de la Santa |
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Estilo: Toscano
Cronología: S. XVIII |
El Santuario de Santa Eulalia de Mérida patrona
de Totana, es uno de los lugares mas populares del municipio fuera del
ambito urbano. Ubicado en un bello paraje en las faldas de Sierra Espuña,
a 7 Km. de Totana y a 600m. sobre el nivel del mar. Se accede a él por
una carretera rodeada de pinares y huertos donde se levantan las casas
señoriales del siglo pasado.
Alzado de la fachada principal del Santuario de la Santa
El origen del santuario se remonta a la segunda
mitad del siglo XIII; existiendo documentación del siglo XIV donde ya
se tienen noticias de la existencia del pequeño santuario, construido
por los Caballeros de la Orden de Santiago, sobre unas tierras cedidas
por el rey Alfonso X El Sabio a D. Pelayo Pérez - maestre de la Orden
de Santiago -, merced concedida a cambio de unos términos y tierras que
la Orden poseía. El día 10 de diciembre los santiaguistas toman posesión
de Aledo y Totana, día en que se conmemora la muerte de Eulalia de Mérida,
cuya ermita toma su nombre, siguiendo la costumbre de consagrar el acontecimiento
al Santo del dia.
El santuario actual fue levantado con limosnas
de los fieles en el año 1574. El culto a la Santa estaba casi extinguido,
tan solo se recordaba la existencia de un pequeño centro de devoción.
Según C. Gutiérrez, por estas fechas un acta del Concejo recoge un informe
donde se decía que "... había habido un ermitaño que por razones
de guerra abandonó el lugar..." Luego llegó un hombre llamado Alonso
de Murcia instalándose allí, él y su hijo daban vino por caridad. Posteriormente
el lugar pasó a ser propiedad de un particular, Ginés Arnedo, que decidió
no seguir con la costumbre instaurada por sus predecesores. Ante ello
el municipio le impuso una multa, obligándole a "mantener la entrega
de vino al que lo solicitaba". Pronto el Concejo se interesa por
la ermita como centro de culto y promueve su primera restauración. En
1498 se describe ya "... una nave con buenas tapias e cubierta de
bueno madera e fecho terrado encima e buenas puertas e cerradura de hierro...
".
También se encuentra una descripción de la Santa:
"...de bulto, tenia una saya verde con verdugos, e una camisa de
lienço bueno, e dos tocados de París buenos, e unas cuentas negras, e
hallaron que tenia un manto pequeño morado de Londres guarnesçido con
seda, un corsete con mangas e una çinta prieta...".
En el último tercio del S. XVI la devoción a la
Santa crece, al creerla con poderes milagrosos, cura enfermos y tullidos
que beben agua de la fuente situada frente a la ermita, a la que le atribuyen
propiedades curativas.
La iglesia es de estilo toscano formada por una
nave central de forma rectangular, la cubierta es a dos aguas con techo
de madera y artesonado mudéjar. En el interior, el retablo del altar mayor
es obra de Jerónimo Caballao y está fechado en el año 1717.
En el S. XVIII se acometieron diversas reformas
ampliándose la ermita con un cuerpo y construyendo un camarín barroco
octogonal levantado sobre la gruta donde la tradición señala como el lugar
en que se apareció la santa y donde se levantó el primer altar.
Las
paredes están recubiertas de pinturas que datan de 1624, y hacen alusión
a la vida y milagros de la santa, de Jesucristo y de los franciscanos.
La obra de, aproximadamente 200 metros cuadrados, con 48 escenas divididas
en dos franjas, conforman un total de 216 figuras principales atribuidas
a fray Antonio Bernón, quien por orden expresa del visitador de la Orden
de Santiago D. Diego Ramírez de Arellano, - en vista de que el cura le
informó de la gran cantidad de milagros que la "bienaventurada Santa
Eulalia ha hecho y hace" -, manda que los dichos prodigios que parecen
ser auténticos se pinten en las paredes de la iglesia pero ruega muy encarecidamente
que sean hechos por pintor "que las sepa bien hacer" y se cuide
estén representados con toda decencia, de tal modo, que provoque la devoción
de los fieles - "y no a risa como estas pinturas suelen provocar,
se gaste en ello lo nescessario con quenta y rracon" -. Se enmarcan
las pinturas en dos grecas con grotescos y escudos de España, Orden de
Santiago, Totana, Aledo, Murcia, Cartagena, Lorca Caravaca y Yecla. La
línea de separación entre las franjas de los murales la dibuja el cordón
franciscano.
Retablo del Altar Mayor
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Artesonado mudéjar del
interior del Santuario
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Santa Eulalia
de Ménda (292 d. de C.), fue elevada a los altares por el Papa Urbano
VIII en el año 1644. Se proclamó patrona de casi toda España cristina
y actualmente es la única santa española de los primeros siglos que ha
quedado vigente en el santoral litúrgico. Sus restos se conservan en la
catedral de Oviedo. Es tradicional la romería que se celebra anualmente
el día 7 de enero en honor a la Santa, en que totaneros y visitantes se
funden en un homenaje a su patrona gozando de una jornada de fiesta religiosa
y abiertamente folklórica y gastronómica.
Himno a Santa Eulalia |
Gloria y Honor a la mártir de
Cristo
Que en la arena luchando valiente,
Esmaltó con su sangre inocente
de pureza el virgíneo cendal:
Hoy ostenta vibrante la palma
Que en el cielo su triunfo pregona,
Mientras Cristo su frente corona
Con la gloria del lauro inmortal.
Pura azucena, morado lirio,
Rosa fragante; flor de martirio;
Flor que embalsamas de auras de cielo
Nuestros hogares: Cuando tu velo
Como paloma posaste aquí,
Tú ser quisiste desde ese día,
Amparo siempre, consuelo y guía,
del que en sus penas se acoge a ti.
Tú nos bendices desde la altura
Donde en tu ermita, radiante y pura,
Luce tu imagen como la aurora,
Mirando a un pueblo que canta y ora
E implora siempre tu protección:
Que allí tu trono fijar Dios quiso
Como trasunto del Paraíso,
Como promesa de bendición.
Martir de Cristo, Virgen Sagrada,
A quien Dios hizo nuestra abogada:
Por ti alentados, la vida entera
Seguir queremos nuestra carrera
Bajo tu sombra; y en tu loor
Cantar fervientes himnos de gloria,
Como trofeo de tu victoria,
Como tributo de nuestro amor.
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Himno a Santa Eulalia
VIA CRUCIS
Se
encuentra próximo al Santuario de Santa Eulalia, con imágenes de Anastasio
Martínez (1965) y termina en la cima de "El Balcón" con el monumento
al Sagrado Corazón de Jesús, de Nicolás Martínez (1954).
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