Cuando intentamos hacer una aproximación teórica al concepto de personalidad nos encontramos ante un primer escollo por superar, que no es otro que la dificultad que entraña el querer definir y acotar el propio concepto. Este hecho lo refleja muy bien la famosa cita de Burham (Pervin, 1990, pág. 12) «todo el mundo sabe lo que es la personalidad, pero nadie puede expresarlo con palabras».
De este modo, podemos encontrar que ya Empédocles (494 a.c – 434 a.c) formula una teoría sobre los elementos fundamentales que componen todo en la naturaleza: aire, agua, fuego y tierra y como éstos elementos dan lugar a los cuatro «humores», teoría que acabaría desarrollando en más profundidad Hipócrates (460 a.c – 370 a.c) en su obra Naturaleza del hombre.
El estudio de la personalidad, tal y como la entendemos hoy, lo podemos situar en el contexto de la primera guerra mundial (1914-1917), donde se necesitaba encontrar ciertos patrones de comportamiento y conducta que favoreciesen la capacidad de predecir un incremento del rendimiento académico, militar y/o laboral. Estos patrones mencionados se pretendieron encontrar mediante la creación y uso de test creados ad hoc, que proliferaron y se popularizaron muchísimo entre la comunidad científica de la época.
No obstante, no es hasta finales de la década de los 30 donde podemos situar el inicio de la psicología de la personalidad como rama independiente. Este hecho se debió sobre todo a la publicación de tres obras cuyos autores han sido considerados los padres de esta rama del conocimiento: Stagner, R. (Psychology of personality, 1937), Allport, G. W. (Personality: a phychological interpretation, 1937) y Murray, H. A. (Explorations in personality: a clinical and experimental study of fifty men of college age, 1938).
A partir de este inicio de la disciplina se desarrollaron varios enfoques en función de la concepción de la personalidad y el enfoque clínico como: Humanista (Maslow, Murray o Rogers), conductistas (Pavlov, Miller, Donald o Skinner), dinámica (Freud, Adler o Jung) y multi rasgos (Cattel, Guilford, Allport o Eysenck). Eysenck sería uno de los grandes exponentes de las teorías de los constructos de personalidad o rasgos en Inglaterra y el autor que, en cierto modo, junto a otros factores, ha motivado el presente estudio.
Para Eysenck, los elementos estructurales que conforman la personalidad son los rasgos a los que considera «factores disposicionales que determinan nuestra conducta regular y persistentemente en muchos tipos de situaciones diferentes».
Este modo de concebir estas disposiciones lleva a Eysenck a considerar que las personas tenemos ciertas tendencias naturales que nos llevarían a comportarnos de forma similar en circunstancias similares y como cabría esperar según nuestros rasgos de personalidad, de este modo, una persona que ante una situación de estrés se comportase de forma agresiva con el entorno, debería de hacerlo en todas las situaciones similares porque es su «tendencia natural». Así, Eysenck va a definir la personalidad en los siguientes términos:
«Una organización más o menos estable y duradera del carácter, temperamento, intelecto y físico de una persona que determina su adaptación única al ambiente. El carácter denota el sistema más o menos estable y duradero de conducta conativa (voluntad) de una persona; el temperamento, su sistema más o menos estable y duradero de la conducta afectiva (emoción); el intelecto, su sistema más o menos estable y duradero de conducta cognitiva (inteligencia); el físico, su sistema más o menos estable y duradero de la configuración corporal y de la dotación neuroendocrina.»
Como podéis ver, existen muchas teorías y enfoques distintos en cuanto al concepto de “personalidad” y no han sido pocos los autores que han intentado definir el concepto que, por otra parte, tantos matices y aristas presenta. Y para ti, ¿qué es la personalidad?, te leo en los comentarios!