12 octubre – Sma. Virgen del Pilar

1. Preparación

Señor, aquí estoy delante de ti. Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre. Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso. Que vea claro qué quieres de mí. Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Señor. Soy todo tuyo. Haz de mí lo que tú quieras. Amén.

2. La palabra de Dios

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: -«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: -«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.» (Lucas 11, 27-28)

1.      Jesús predicaba y sanaba a enfermos y endemoniados. Esto entusiasmaba a los que le seguían. Hoy el evangelio nos habla de una mujer que diríamos no puede contener el entusiasmo que sentía por Jesús y grita: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Y es que a los hijos siempre se les ha considerado  la corona de gloria de las madres. En nuestra misma cultura para alabar al hijo recurrimos muchas veces a alabar a “la madre que le ha traído al mundo”. Es como cuando decimos: “¡olé, tu madre!” Pero Jesús diríamos que matiza la alabanza de aquella mujer, diciendo: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen». Con estas palabras Jesús no rebaja la dignidad de su madre, sino que señala dónde está la verdadera causa de su dicha. María es dichosa, sí,  pero no sólo porque lo haya engendrado y criado, sino porque “ha escuchada la Palabra de Dios y la cumple”. Aquí está tu grandeza, Madre: ser la mejor escuchadora de la Palabra de Dios y la que mejor la ha acogido en su corazón y la que más fielmente la ha puesto por obra Dios.

2.      Ésta es la lección que nos da María hoy y siempre que la miramos, éste es el camino que nos marca a nosotros, sus hijos, que queremos seguir a Jesús: saber escuchar la Palabra anunciada por Jesús, acogerla en nuestro corazón, meditarla y hacerla vida. Pablo VI en la Marialis cultus dice que María, fue “la primera y más perfecta discípula del Señor.” Por eso, siempre hemos de mirar a María para amarla como a Madre muestra y para imitarla como discípula de Jesús. Hoy la honramos bajo la advocación de la Virgen del Pilar, y en la oración de la misa pedimos al Dios todopoderoso que, por intercesión  de María, nos conceda “fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.”  Sí,  Madre, ruega por nosotros para que  -en este ambiente cada vez más descristianizado-  seamos fieles discípulos de Jesús que no sólo nos llamamos cristianos, sino discípulos que escuchamos y encarnamos su evangelio en nuestras vidas.

3.    Santa María del Pilar, Madre de las Españas: con la Liturgia de las Horas que rezan los sacerdotes y religiosos, hoy te proclamo "guía para el camino, columna para la esperanza, luz para la vida". Y te pido, Madre, que nos acompañes en nuestro caminar, que seas la columna donde se afirme nuestra esperanza y seas la luz que guíe nuestros pasos por los caminos del evangelio. Y, con la oración final de la misa de tu fiesta, te pido que intercedas ante el Señor para que podamos un día “llegar a contemplarle eternamente en el cielo", como tú, Madre, lo contemplas.

3. Diálogo con Dios

A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.

12/10/2011