Paso la palabra. Para meditar cada día: 27/4/2024

Paso la palabra. Para meditar cada día
Paso la palabra. Para meditar cada día: 27/4/2024
Por Jesús Aniorte

1. Preparación

Señor, aquí estoy delante de ti. Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre. Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso. Que vea claro qué quieres de mí. Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Señor. Soy todo tuyo. Haz de mí lo que tú quieras. Amén.

Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Déjate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexión te basta, quédate ahí, no prosigas.

2. La palabra de Dios

En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles a presencia del Sanedrín, y el sumo sacerdote les interrogó: -« ¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? …. Pedro y los apóstoles replicaron:- «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero... Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» (Hechos 5, 27-33).

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. (Juan 3, 31-36).

1.      Los Apóstoles, transformados por la experiencia de la Resurrección, siguen anunciando a Cristo resucitado,  a pesar de la persecución y las prohibiciones de los jefes judíos: “¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése?" Les  han prohibido hablar de Jesús, pero ¿cómo no iban a hablar de él los que habían disfrutado de la experiencia gozosa de la Resurrección del Señor? El enamorado habla de su amor espontáneamente. Y con gozo y entusiasmo. “Se nota que está enamorado”, pensamos. Cuando a nosotros nos avergüenza -o nos da miedo- hablar de Dios y de las cosas de Dios, ¿no es que nos falta la experiencia de Dios, que no hemos saboreado su amor? “Gustad y ved qué bueno es el Señor”, canta el salmista. Señor, concédenos la alegría de gustar tu amor. Entonces no podremos dejar de hablar de ti, sino que disfrutaremos hablando de ti y de tus cosas, dando testimonio de tu amor.

2.      Jesús es el enviado del Padre, el testigo del Padre. El “viene  del cielo”, de Dios. Sólo él habla las palabras de Dios. Escucharle a él es escuchar al Padre. Obedecer a Jesús es hacer la voluntad del Padre. “¿Qué quiere Dios de mí?”, nos preguntamos a veces. Para encontrar la respuesta contemplemos cómo actúa Jesús y escuchemos lo que nos dice. En Jesús vemos cómo es Dios, qué le gusta a Dios y qué reprueba, porque en Jesús se nos ha revelado plenamente Dios. El que cree en el Hijo, el que acoge al Hijo sin reservas, ése “posee la vida eterna”, es decir, la vida eterna no es algo que se nos dará en la otra vida, sino algo que comienza cuando aceptamos a Jesús... Gracias, Padre, por habernos dado a tu Hijo Jesús, como revelador de tu verdad y tu amor. Que lo escuchemos como él te escuchaba a ti. Que hagamos tu voluntad como él la hacía en todo momento.

3.      “El que es de la tierra,  es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.” Nuestra vocación de bautizados, sumergidos en la muerte y resurrección de Cristo, es ser de Cristo, del “que viene del cielo”. Las obras del hombre terreno son las obras del “hombre de pecado”,  que vive para el egoísmo y para todo lo que brota del egoísmo. El que es de Cristo, por el contrario, vive según el Espíritu del Resucitado: con un corazón y una vida plenos de amor, de alegría, de  paz, de comprensión y bondad, de mansedumbre y humildad, de servicio y entrega. Señor Jesús, danos tu Espíritu para que vivamos según el Espíritu.

3. Diálogo con Dios

A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.

27/4/2024


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