Los "1000 euristas"
Tras la pertinaz lluvia y las conmemoraciones del 750 aniversario de la Encomienda santiaguista de Aledo y Totana a lo largo de una intensa semana de actos, históricas efemérides a las que Aledo se ha sumado de una forma ciertamente tímida y algo distante, extraigo de mi libreta de apuntes una cuestión de interés general que tenía en el congelador: el índice de salarios con que nos ha distinguido la madre economía.
Mal asunto, dijera yo. Para que luego vengan los que se inflaman y se agestan de murcianismo militante y espíritu zarzuelero y nos digan, con los morros bien calientes y al grito de ¡Murcia, qué hermosa eres (el que lo desee puede rematarlo con lo de ¡tuuuuuuuu hueeer-ta no tiene igual!), que somos los número uno en el arte de vivir bien -sobre todo algunos-, con una calidad de vida que no se puede aguantar, apoyándonos en la viruta que tan copiosamente se mueve y en nuestra excelsa climatología y gastronomía, que algunos llegan a ensalzar junto a ciertas conquistas políticas, como si el buen clima y el asunto de comer bien fueran de derechas.
El Instituto Nacional de Estadística ha revelado, según la última encuesta trimestral sobre el coste laboral de los españoles en 2006, que los murcianos, totaneros incluidos, ganamos o costamos de media mensual casi 1.500 euros (1.478 euros, exactamente). Las protestas y denuestos de los que hoy ya se conocen como los “1000 euristas”, una legión, oiga, los del salario redondeado, como tantas otras cosas desde que irrumpió el euro en nuestras vidas y en nuestros bolsillos para hacer las delicias de cuantos nos tienen que cobrar algo, se han oído en Nueva Zelanda.
Según esta encuesta, por delante de la Región de Murcia tenemos catorce comunidades autónomas que nos mojan la oreja, y hasta las antiguas plazas de soberanía Ceuta y Melilla (los “presidios”, como dice el inefable rey Mohamed VI de Marruecos, que las reclama con todos sus reales morros, que de eso S.M. anda bien sobrado), mientras por debajo sólo nos quedan dos, que nos acompañan en nuestra condición de farolillos rojos. Dicha clasificación nos manda matemáticamente a la segunda división salarial nacional.
También se habla del coste laboral por hora, donde tampoco salimos muy agraciados, del precio medio por metro cuadrado de suelo (aquí sí que vamos bien) y otras estimaciones, como la de que cada murciano gasta 606 euros al mes (sin contar las hipotecas, claro, faltaría más), y que la Comunidad de Madrid, con 2.059 euros, ostenta el coste salarial más elevado en la encuesrta. Los “1000 euristas” de la Región de Murcia se han puesto de uñas con este reparto tan alejado del redondeo real como la vida misma, y arguyen que lo único que puede provocar el ir diciendo que ganan 1.478 euros es que muchos empresarios murcianos reflexionen y entiendan que si el personal, según se afirma, gana casi 1.500 euros y ellos sólo aflojan 1.000, ¿¡qué puñetas pasa aquí y por qué se quejan tanto!?
Y los “1000 euristas”, junto al escamoteo salarial, ven el enorme derroche al meternos con calzador, a piñón fijo y porque sí la inutilidad de la cadena autonómica TV7 a golpe de miles de millones de pesetas -7.000 al año-, un disparate, vamos, para echar humo por el botafumeiro del Palacio de san Esteban, con las noticias bien colocaditas y apañaditas, programas de opinión devaluados y trasteados previamente, pero, eso sí, asépticos informativos con locutoras y locutores tan bien arreglados o más que sus colegas de la primera media docena de cadenas nacionales. Y con estos y otros mimbres y con la viruta del personal, que palos ajenos no duelen, a los murcianos se nos muestra una Región de Murcia idílica con gente guapa y arregladísima, llena de “1000 euristas” camuflados, dulces paisajes que son la envidia de los constructores en sus sueños ladrilleros, plazas llenas de palomas y niños en fase de engorde con hamburguesas y bollicaos, calidad existencial y medio ambiente a tope, los trovos de El Patiñero los viernes por la noche en unas galas más pasadas de moda que el charlestón, y agua para todos. ¿Qué más quieres, Baldomero?
A los “1000 euristas” murcianos no les ha gustado pero que nada la estimación media de su salario. Situados en lo que llamaríamos el salario mondo y redondo, el mileurismo se ha convertido en una doctrina filosófica con multitud de empresarios seguidores en su aplicación, faltaría más.
Ginés Rosa
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