14 de abril de 1257. El rey Alfonso X el Sabio andaba echando moros a gorrazos por tierras murcianas, tomando el castillo de Aledo, que era una fortaleza estratégica en la ruta del Guadalentín. Y al buen rey se le ocurrió donar Aledo y las cuatro casas de aperos en que se había convertido Totana a la Orden Militar de Santiago, de la que era algo así como el presidente del Consejo de Administración, quedándose a cambio con Elda, Callosa y Catral, que pasó a su hermano el infante don Manuel, que se ocupaba en idénticos menesteres tras la morería, nombrándolo Adelantado de Murcia con este real obsequio. Ese mismo día de 2007 se cumplirán 750 años de aquella operación que nos hizo entrar en la Historia por medio del trueque de villas.

En España, cuando nos referimos al 14 de abril, el personal recuerda que fue ese día de 1931 cuando se proclamó la II República hasta que al que más tarde sería Generalísimo Franco se le hincharon sus españolísimos atributos y vino a pasar lo que, poco más o menos, dicen los versos de un festivo autor murciano en un libro delicioso titulado “Liciones d’historia”: Metro y medio de tío Paco, / un melitar de carrera / con las borlas en su sitio, / más frío que la nieve mesma, / dijo: “Limoná pa tós / y República a la mierda”. Por aquel 14 de abril de la Baja Edad Media, cuando Aledo era una importante fortaleza y Totana sólo un “lugar” donde se guardaban aperos del campo para cultivar cuatro cosas, o tres (pan, pijo y habas, que dicen en la huerta) porque los moros no hacían más que corretear por el Guadalentín y así no había forma de hacer negocios con la agricultura, el problema no era el ”agua para todos” sino el “moros para todos”, que nos salían hasta en la sopa.

De esta donación surgió la Encomienda santiaguista de Aledo y Totana, que era como una cooperativa económico-militar que duró hasta el 5 de septiembre de 1851, en que el Gobierno Liberal decretó la desaparición de las Órdenes militares en España. Desde aquel 14 de abril Totana, como diríamos ahora, ya tenía papeles. El arrabal de corrales y cobertizos que no había perdido su nombre de pila, se incorporó a la Historia de la mano del rey sabio y de los no menos listos de los aleanos, que dijeron amén a la sociedad administrativa con Totana.

Hoy me llegan noticias -buenas noticias- de que este año se ha montado cierta estructura para conmemorar el mencionado 750 aniversario para celebrar la vuelta de Totana a la crónica histórica después de que Abdelaziz, el hijo del moro Muza, destruyera Totana a mediados del siglo VIII y nos metiera de cabeza en las profundidades del olvido, hasta que apareció el rey Alfonso X, que, aparte de saber de cuentas, jugaba al ajedrez, escribía cantigas y hacía tratados de astronomía. Importante fecha que nos devuelve a los totaneros el punto de partida de nuestra historia documentada, no lo olvidemos, que aquí en Totana estamos a pan pedir en cuestiones de celebrar y tener conciencia de las fechas de cierta trascendencia para Totana y los totaneros.

Hace poco menos de dos años el arriba firmante escribía en esta misma sección de El patio un articulo titulado Hace 748 años (14 de abril de 2005, nº 548) preparando el caldo de este aniversario que, miren ustedes por donde, han empezado a condimentar las fuerzas vivas del pueblo. Me alegra comprobar que entonces ya di en la diana y que la fecha se encontraba pendiente de homologar en Totana al tratarse de uno de los mayores acontecimientos de nuestra historia. Tiempo habrá de echar párrafos sobre este asunto del que hoy me congratulo en volver a él como el más madrugador, y a mucha honra

Quisiera lanzar alguna sugerencia a nuestras autoridades municipales para reconocer como se merece el significado de aquel 14 de abril. En primer lugar, le pondría ese nombre a una plaza o lugar destacado del pueblo, así como la celebración de algún acto serio (esto es, sin paellas ni cánticos en La Santa, en el límite de la entonces villa de Aledo y Totana) conjuntamente con nuestros socios de Encomienda y municipio (no hay que olvidar que Aledo se separó oficialmente de Totana en 1795). Y para que el significado de esa fecha tuviera mucha más resonancia, propongo la redacción de un folleto especial para los escolares y estudiantes de ambas poblaciones, contándoles cómo se unieron ambas villas, cómo resurgió Totana, y cómo inició su marcha por la Historia.

Nunca es tarde para ponerse al día. Total, sólo han transcurrido setecientos cincuenta años.

Ginés Rosa